jueves, 4 de junio de 2015

EL PROYECTO DE INNOVACIÓN Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EN SU DISEÑO, EJECUCIÓN Y PUESTA EN PRÁCTICA.

La sostenibilidad no es un concepto nuevo, pero el interés que está despertando en el público exige a los analistas de proyectos que presten una mayor atención a la interrelación entre los tres pilares —económico, medioambiental y de aceptación social— del desarrollo sostenible, y que amplíen su campo de visión entre sectores y a lo largo del tiempo. Esto implica cambios en los procedimientos. Los analistas deben estar en condiciones de rechazar las propuestas insostenibles y de hacer un seguimiento de los proyectos, incluso de aquéllos que ya están funcionando. Estos requisitos implican la revisión del principio de «análisis del proyecto» como un sistema cerrado. Palabras clave: medio ambiente, desarrollo sostenible, evaluación de proyectos, bancos multilaterales de desarrollo.
Realidad, tal y como mostraba el afamado informe Wapenhans (1992) sobre la actuación del Banco Mundial, el éxito del proyecto depende fundamentalmente del sentido de «propiedad» del promotor. Por lo tanto, el diseño y la ejecución del proyecto deben ser responsabilidad de su promotor. A menos que la estructura macroeconómica nacional apoye el desarrollo sostenible y los promotores estén preparados para diseñar y poner en marcha su proyecto de acuerdo con los nuevos criterios, no es de esperar que los BMD cambien el rumbo en torno a la «condicionalidad». Los analistas han mejorado de forma significativa algunos diseños de proyectos. En varios casos, estos cambios han constituido el principal valor añadido del BMD para el promotor. Sin embargo, el sentimiento general es que los promotores deben conservar la responsabilidad final; sería engañoso sugerir que los BMD podrían, por su normativa, rediseñar o poner en marcha proyectos con objeto de mejorar su sostenibilidad. Esto implica que sólo deben establecerse condiciones, las cuales rara vez son respetadas, para rechazar la financiación de inversiones insostenibles. Tal y como se ha demostrado, esto resulta válido tanto para los países en vías de desarrollo como para los países industrializados. Por consiguiente, la sostenibilidad depende más directamente de que los BMD apliquen unos procedimientos acertados de aprobación, control y evaluación que de su implicación en el diseño y ejecución de los proyectos. En este artículo se adopta la definición de «sostenibilidad» del BEI:2 «La sostenibilidad implica un aumento del bienestar en la generación actual que sea favorable a las necesidades de los miembros más pobres de la sociedad, a la par que mantiene, como mínimo, el stock de capital existente que proporciona iguales oportunidades a las generaciones futuras.» Esta definición está de acuerdo con la Comisión Brundtland y con la Comisión Europea. La integración de los tres pilares de la sostenibilidad —económico, social y medioambiental— en el análisis del proyecto se considera un elemento fundamental y requiere ciertos comentarios previos. Si se toma de forma literal, la «sostenibilidad» es básicamente una cuestión de sentido común: ¿quién quiere financiar una operación que no es «sostenible» por lo que se refiere a su independencia económica? R. Rostow (Rostow, 1962) ya apuntaba en 1962 que las iniciativas de desarrollo deben ser «sostenibles». La conclusión de que el desarrollo que no respeta el medioambiente es insostenible ya fue establecida con la publicación de Limits to Growth (Meadows, 1997). Por lo tanto ¿qué es, en la práctica, una novedad para el analista de proyectos? ¿Es realmente la «sostenibilidad» un planteamiento innovador o es tan sólo una de estas nuevas modas que pretenden transformar una financiación ineficiente del desarrollo en eficiente? Hay que dar la bienvenida a la insistencia sobre la importancia de la economía, incluidas sus consecuencias financieras. G. Riddle (Riddle, 1987) y M. Gillis et al. (Gillis et al., 1987) recalcan que la ayuda extranjera sólo puede justificarse si se asigna a inversiones productivas. Jean-Michel Severino (Severino, 2001) recuerda que, en la ayuda al desarrollo, las consideraciones políticas han dominado demasiado a menudo a los fundamentos económicos. La mala asignación durante el pasado de la ayuda pública ha contribuido a la necesidad de posponer o cancelar regularmente la deuda de los países en vías de desarrollo.


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